Gracias a la vida, que me ha dado tanto

Este es el principio de una canción que me trae recuerdos maravillosos de mi infancia. Le encantaba a mi madre y cada vez que te sentabas en su coche era seguro que escuchabas a Mercedes Sosa, una y otra vez dando la vuelta en aquellos casetes que nunca se solían rebobinar. Te la dejo por si te apetece disfrutar un rato con ella https://youtu.be/WyOJ-A5iv5I

Entonces, según canta Mercedes Sosa, hay que dar gracias a la vida que nos ha dado tanto… y alguno pensará, «a unos más que a otros»… Igual tú mismo, que estás leyendo esto, puedes estar inmerso en algún proceso que no solo no te ha dado nada, sino que crees que te han quitado algo… O también es posible que lleves tiempo intentando algo que no terminas de conseguir…

Dicho esto vamos a recordar lo que nos hemos propuesto «Yo decido: Agradecer todo lo que aprendo de las dificultades que la vida me presenta»
Como verás, tiene una connotación sobre el agradecimiento algo diferente a la que hemos aprendido. No se trata solo de dar las gracias por lo que me gusta, por lo que disfruto o por lo que tengo, se trata de tener la sabiduría de dar las gracias a las dificultades, a los problemas, a lo que «creemos» que nos hace sufrir. Igual te suena un poco masoquista pero vamos a ver que no es exactamente el caso.

Agradecer las dificultades o los problemas es agradecer la oportunidad de aprender y me explico. Cada problema que tenemos en la vida, solo existe porque no sabemos cómo resolverlo, es decir, existe porque necesitamos aprender algo. Si lo vemos desde esta perspectiva entonces se comprende muy bien que cuando tenemos un problema y aprendemos a resolverlo ese ejercicio nos permite crecer y evolucionar.

Hagamos una vez más el símil de nuestras vidas comparadas con niños en una escuela. A los niños en la escuela sus profesores y maestros les mandan cada día «problemas que resolver» y es a través de la práctica con problemas y consiguiendo que aprenda a resolverlos, la forma en la que el niño puede aprender y desarrollarse como persona.

A estos ejercicios de aprendizaje que el maestro le pone al niño los llamamos «problemas» o también «deberes», pero en todos los casos se trata de oportunidades de aprendizaje. Y en este caso el cambio de nombre no es solo una cuestión semántica, se trata de una forma de ver las cosas desde una perspectiva diferente que nos da la oportunidad de abrir nuevas opciones y afrontarlos con un espíritu de curiosidad.

Cuando ante una situación, que no sabemos como afrontar, la enfocamos como un problema la tendencia es a afrontarla con miedo y «pelearnos» con ella y ya sabes que la pelea lleva a más pelea y el miedo nunca es buen compañero.

Si por el contrario, ante algo que aun no sabemos muy bien cómo afrontarlo lo enfocamos desde el amor como una oportunidad de aprender, puedes incluso conseguir tratarlo como un juego y probar alternativas hasta encontrar la respuesta correcta. Seguro que has visto alguna vez a un niño aprender jugando mucho más que con la pelea de los «deberes» ¿no?…

Para practicar esta nueva forma de agradecimiento ante los pequeños deberes o problemas que nos pone cada día la vida, solo hay que hacer lo que hablamos la semana pasada, probar con la acción. Práctica Actuar ante los problemas con amor y sin miedo y con la simple inocencia de un niño que busca verificar el resultado hasta obtener lo que estamos buscando. Y detrás de esto ya sabes que existe una ley: todo lo que hagas con amor tendrá buenos resultados y si no lo haces con amor…no lo hagas.

Por tanto el agradecer es un ejercicio que tenemos que hacer no solo frente a lo que nos gusta, sino especialmente frente a lo que menos nos gusta y cuando nos veamos ante un problema que no sabemos manejar, agradecer la oportunidad y preguntarnos ¿que es lo que puedo aprender de esta situación?

Como ejercicio de esta semana te propongo hacer lo que los expertos llaman «un diario de gratitudes», pero en esta ocasión un diario de gratitudes un poco especial:

  1. Dar las gracias cada día por 5 cosas diferentes que ya tienes o que la vida te ha dado para hacerte consciente lo que te llevará a valorar
  2. Dar las gracias cada día y desde el corazón al menos a una cosa o a una persona que te está creando algún tipo de «problema». Y probar a hacer el ejercicio de preguntarte ¿qué es lo que puedo aprender de esta situación y/o persona?

Y todo esto de la gratitud no solo nos ayuda a crecer y aprender sino que además nos permite ser cada vez más felices que ya sabes que es la vocación de este blog. Para no perder la costumbre, te propongo un vídeo en el que un gran maestro David Steindl-Rast habla de «Cultivar la Gratitud como camino a la Felicidad» https://www.youtube.com/watch?v=CpZH63i7NJo&feature=youtube_gdata_player

Como dice Ya sabes no te creas nada de lo que digo solo verifícalo. Feliz semana!!!