Practica la aceptación de ti mismo

¡Que gran ejercicio es el de la aceptación!. Es tan efectivo y matemáticamente exacto que el gran maestro Gerardo Schmedling lo llama «Aceptología», una ciencia dirigida a las personas que ya están listas para comprenderla y a las que no les corresponde sufrir ni desarrollar funciones en los niveles de falta sabiduría de la civilización humana.

Y te preguntarás ¿por qué lo llama ciencia? la aceptología es la ciencia que permite liberarnos del sufrimiento y lograr el estado interior de amor, es la que nos permite cumplir el propósito general que tenemos todos los seres humanos: ENCONTRAR PLENA SATISFACCIÓN EN NUESTRAS VIDAS.

La ciencia se basa en la observación y experimentación de los fenómenos materiales para descubrir las leyes que los rigen. La ciencia emplea hipótesis y teorías fundadas siempre en hechos reales que siempre obtienen un mismo resultado. Hechos incontrovertibles, que nunca engañan, en cuanto a su realidad o resultado.

En este sentido la aceptología cumple, exactamente, con los parámetros propuestos por la ciencia, puesto que podemos observar y medir mediante hechos reales que cuando no podemos aceptar algo, tenemos siempre el mismo resultado: conflicto interior y sufrimiento.

Pero ojo, que no se trata de resignarse, porque estarás de acuerdo conmigo que la resignación no genera paz y felicidad interior. Se trata de soltar, de comprender, de ser consciente que cualquier cosa que pasa en la vida es perfecta y necesaria y tiene un propósito de Amor que es el que te invito a localizar sintiendo esa paz interioe que la caracteriza

La Aceptología, como ciencia, es el complemento de la sabiduría. La sabiduría permite reconocer cómo funciona la vida y la aceptología permite seguir esa energía natural del amor. Entre las dos, Aceptología + sabiduría hacen la maestría, siendo ésta, la habilidad de cumplir ese propósito general de plana satisfacción.

El problema es que generalmente hemos asociado este propósito con un ideal particular, que cada uno hemos desarrollado y con el que suponemos que al lograrlo podremos obtener esa satisfacción, felicidad y paz, tan ansiadas en nuestra vida.

Pero lo que ocurre con los ideales, seguro que alguna vez has comprobado, es que tan pronto como los alcanzas surgen, inmediatamente, nuevos ideales, retos y metas por cumplir de tal forma que el propósito inicial, que es la felicidad, nunca llega a satisfacerse por este medio. Esto nos pasa porque aún no sabemos que los ideales particulares son contrarios a nuestro propósito general de encontrar la tan ansiada felicidad.

Vamos a profundizar en este concepto que de momento puede resultar sorprendente pero que si lo piensas trata de la esencia más profunda de la felicidad. Mira a ver si te suena alguna de estas situaciones:
Algunas personas buscan realizar sus ideales, a través del sufrimiento y del sacrificio por los demás. Pero siempre habrá nuevas personas por quienes sufrir y sacrificarse.
Otras buscan sus ideales, en las diferentes religiones, filosofías y escuelas espirituales. Pero siempre encontrarán diferencias que los llevan a confundirse, o a tomar un camino cualquiera, como la única verdad, negando la existencia o validez que los otros caminos puedan tener.
Otros intentan realizar sus ideales, a través de la ciencia. Pero siempre encuentran nuevas dificultades que aún no pueden solucionarse, y nuevos misterios que la ciencia aún no puede explicar.
Otros intentan alcanzar sus ideales a través del poder, la fama y el dinero. Pero, una vez logradas estas metas, se dan cuenta de que estos logros tampoco dan la satisfacción y la paz tan anhelada.
Otros buscan, en la política, el desarrollo de sus ideales personales y sociales. Pero siempre encuentran muchos sinsabores, desengaños y opositores, aparte de que, además, los pueblos jamás están satisfechos.
Otros, movidos por su ideal interior, intentan cambiar las estructuras sociales, luchando contra la injusticia. Pero este propósito nunca llega a cumplirse satisfactoriamente, pues siempre existirán las diferencias que llamamos injusticia y, así, la lucha se hace interminable.
Todos los ideales de los hombres son válidos pero sobre todo son necesarios para comprender que son algo innecesario y obsoleto. Solo son un obstáculo para encontrar la paz interior y la plena satisfacción en la vida que como decíamos al principio es nuestro propósito fundamental, porque el resultado de luchar por ideales será, siempre, la desilusión y el sufrimiento.

Por el contrario, aceptar la realidad rompe el hechizo del sufrimiento y libera la energía de la acción la cual genera una nueva realidad. Ya sabemos que la realidad externa nunca cambia, porque su existencia obedece a la correspondencia con nuestro interior. Sólo cuando comprendemos y aceptamos que lo externo es el resultado de nuestra experiencia interior, decidimos por nosotros mismos cambiar nuestra experiencia interior y eso hace que nuestro exterior cambie.

Repasa esta semana si hay alguna cosa en tu vida que no puedes aceptar y siente de verdad si eres capaz de aceptarlo desde lo más profundo de tu corazón. Una vez hecho ese ejercicio observa que sensación interior que te genera y solo si tu sensación es de paz habrás sido capaz de cruzar esa mágica linea de la comprensión y la aceptación. Si aun piensas que es algo por lo que «debes luchar» aun la aceptación no ha hecho su efecto.

En cualquier caso, recuerda e intenta verificar cómo tu propósito de ser feliz se cumple aceptando la realidad. La experimentación científica ha demostrado que, cuando una persona acepta la realidad se produce un cambio interno que lo libera del sufrimiento y eso merece la pena probarlo.

Aceptar invita a dejar de luchar y empezar a comprender, dejar de utilizar armas y sustituirlas por valores, dejar de derrochar energía y comenzar a invertirla en el incremento de la paz y el amor.

Y por supuesto no podemos terminar hoy esta reflexión, sin hacer referencia a lo que está pasando en Francia, y me quedo con la mejor noticia que nos enseña: todo el despliegue de amor y solidaridad que ha puesto en marcha en el mundo entero. Y ante este hecho hago una pregunta ¿Por qué tenemos que vivir una situación tan extrema para que se ponga de manifiesto lo mejor de cada uno de nosotros?

Mi humilde conclusión es que solo poniendo a disposición de la vida lo mejor de cada uno de nosotros podremos conseguir lo mejor en el mundo y me quedo con el ejemplo de este pianista que con lo mejor que sabe hacer ha puesto una maravillosa banda sonora que invita a mantener la Paz https://youtu.be/EN-dsKw9uHc

Feliz semana!!